En el contexto de la pandemia por la Covid-19 en nuestro país la automedicación se incrementó hasta en un 70%, siendo el uso de antibióticos y corticoides no prescritos por médicos los que generan un alto riesgo en la salud de las personas con comorbilidades.
Los riesgos son la inefectividad de los medicamentos por tratar una enfermedad no diagnosticada puede producir altos niveles de toxicidad, causando enfermedades como gastritis, cefaleas e hipertensión; aumento de la glucosa e incluso daño al hígado y riñones.
La aplicación de corticoides como la dexametasona, hidrocortisona o metilprednisolona, en personas con enfermedades preexistentes como la hipertensión, diabetes o cardíacas, podrían tener un desenlace fatal, advierten los especialistas de EsSalud.
Asimismo, refieren que, dependiendo del grupo farmacológico, el uso de la hidroxicloroquina altera los latidos del corazón pudiendo producir una arritmia cardíaca; entre los anticoagulantes, la warfarina, enoxaparina y heparina, que son de uso intrahospitalario, pueden ocasionar un sangrado a nivel gástrico, cerebral y desencadenar en una hemorragia.
En cuanto a la azitromicina, un mal uso de este antibacteriano puede llevarnos a una resistencia bacteriana; en el caso de los ansiolíticos que han ido en aumento durante la pandemia puede conllevarnos a una farmacodependencia.
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