¿Qué efectos tiene el café en el hígado? Esto dice la ciencia.

¿Cómo actúa el café en el hígado?

El hígado desempeña funciones vitales como la desintoxicación del organismo, la producción de bilis y el metabolismo de nutrientes. Estudios recientes han señalado que ciertos componentes del café, especialmente la cafeína y los ácidos clorogénicos, podrían ejercer efectos protectores en las células hepáticas.

La cafeína es un alcaloide que actúa como antagonista de los receptores de adenosina, lo cual repercute en la regulación de procesos inflamatorios y en la modulación de la fibrosis hepática. Además, puede influir en la lipólisis, ayudando a reducir la acumulación de grasa en el hígado.

Por otro lado, los ácidos clorogénicos son compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que podrían atenuar el daño oxidativo de las células hepáticas. Se ha propuesto que estos ácidos disminuyen la producción de moléculas proinflamatorias, lo que, en teoría, podría reducir el riesgo de desarrollar fibrosis y otras complicaciones crónicas en el hígado.

El impacto del café en la salud hepática

  1. Hígado graso y fibrosis

La enfermedad hepática por acumulación de grasa, como la esteatosis (también conocida como hígado graso), se ha convertido en un problema de salud pública debido al aumento de la obesidad y la diabetes tipo 2. Investigaciones señalan que un consumo moderado de café (entre dos y tres tazas diarias) podría asociarse con una disminución en el riesgo de progresión de la enfermedad hepática grasa no alcohólica (NAFLD, por sus siglas en inglés) a estadios más avanzados como la esteatohepatitis no alcohólica (NASH) y la fibrosis.

De acuerdo con un artículo publicado en Nutrients (2024), el consumo de café mostró una correlación inversa con la presencia de fibrosis, especialmente en pacientes con desórdenes metabólicos. El posible mecanismo radicaría en la capacidad del café para inhibir la activación de las células estrelladas hepáticas, principales responsables de la producción de colágeno y tejido cicatricial en el hígado. Esto se sumaría a la acción antioxidante de sus compuestos polifenólicos, que podrían minimizar el daño celular y la inflamación crónica.

  1. Cirrosis hepática

La cirrosis es la etapa final de la fibrosis y se caracteriza por una alteración estructural difusa que dificulta la función del hígado. Las evidencias disponibles indican que el consumo habitual y moderado de café se relaciona con un menor riesgo de desarrollar cirrosis, independientemente de la causa subyacente (alcohólica, viral o metabólica).

Algunos análisis epidemiológicos proponen que consumir de tres a cuatro tazas de café al día puede asociarse con una reducción de hasta el 40% en el riesgo de cirrosis. No obstante, los expertos recomiendan un abordaje cauteloso, pues el café, por sí solo, no puede revertir condiciones ya establecidas o sustituir los tratamientos médicos específicos.

  1. Hepatitis viral

Tanto la hepatitis B como la hepatitis C son infecciones virales que pueden cronificarse y conducir a cirrosis o cáncer de hígado. Investigaciones recientes sugieren que el consumo de café podría contribuir a enlentecer la progresión de la fibrosis en pacientes con hepatitis B o C, mejorando incluso la respuesta a algunos tratamientos antivirales.

En un estudio francés, se reportó que pacientes con hepatitis B que bebían tres o más tazas de café al día mostraban una reducción en la fibrosis medida por biomarcadores no invasivos. Asimismo, en el caso de la hepatitis C, el consumo de café ha sido vinculado con un menor riesgo de desarrollar complicaciones crónicas.

Beneficios potenciales en la prevención del cáncer de hígado

El hepatocarcinoma o cáncer de hígado es una de las complicaciones más graves de las enfermedades hepáticas crónicas. Diversos estudios epidemiológicos han encontrado una asociación inversa entre la ingesta de café y el riesgo de desarrollar hepatocarcinoma, hallando que las personas que consumen dos o más tazas diarias pueden tener una disminución significativa en la incidencia de este tipo de cáncer.

Un metaanálisis reciente reveló que cada taza adicional de café se correlacionaba con una reducción gradual del riesgo de hepatocarcinoma, lo que sugiere un posible efecto protector dosis-dependiente.