
Morderse las uñas puede parecer un gesto trivial, casi inconsciente. Sin embargo, la ciencia advierte que este hábito –conocido como onicofagia– esconde riesgos sorprendentes. No solo deteriora la estética de las manos: puede abrir la puerta a infecciones potencialmente mortales.
De acuerdo con estudios dermatológicos, alrededor del 30 % de los niños y hasta el 45 % de los adolescentes admiten morderse las uñas. La mayoría abandona la costumbre al alcanzar la adultez, pero un porcentaje persiste, arrastrando consigo complicaciones físicas y psicológicas más severas.
Comprender los mecanismos biológicos, los factores psicológicos y las consecuencias sistémicas de la onicofagia es el primer paso para romper el ciclo. Este artículo presenta la evidencia científica más reciente y ofrece estrategias prácticas para abandonar el hábito antes de que cobre un precio demasiado alto.
¿Qué impulsa a morder las uñas?
El acto de morder las uñas suele iniciarse en la infancia como respuesta al estrés, el aburrimiento o la necesidad de autorregulación sensorial. Según la revisión publicada en Acta Dermato‑Venereologica, la onicofagia forma parte de los trastornos repetitivos centrados en el cuerpo y se relaciona con el espectro obsesivo‑compulsivo.
Los investigadores describen un continuo que va desde una conducta leve hasta una compulsión grave que causa daño tisular. Cuanto más temprano comienza y más tiempo persiste, mayor es la probabilidad de complicaciones médicas, deterioro social y angustia emocional.
Además de la ansiedad, los picos de dopamina que siguen a la mordida refuerzan el comportamiento. Este ciclo neuroquímico explica por qué los intentos de detenerse suelen fracasar sin apoyo conductual o farmacológico.
Te puede interesar
-
¿Qué efectos tiene el café en el hígado? Esto dice la ciencia.
-
Falleció ‘Muñequita Milly’: familia de artista denuncia mala praxis de Dr. Víctor Fong
-
INGRESAR CON TU MÓVIL AL BAÑO ES LO MÁS PELIGROSO Y ASQUEROSO QUE PUEDES HACER SEGÚN ESTUDIOS
-
Detectan cáncer de mama a una niña de 7 años
-
¿ME PUEDO CONTAGIAR DE GRIPE AVIAR POR COMER PAVO, POLLO O HUEVO?